SALVADOR DALÍ


Salvador Dalí fue un importante pintor y escultor del siglo XX. Debe su fama a su extraordinaria creatividad y a la extraña inventiva que desprenden sus obras. De personalidad excéntrica, siempre persiguió el ideal de una vida mundana, transformándose de artista famoso en el mito que todos conocemos. Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí Domènech nació el 11 de mayo de 1904 en Figueres, Cataluña. Su padre era un notario, de carácter estricto y austero, con el que Dalí tuvo varios conflictos a lo largo de su vida. Su madre, en cambio, desempeñó un papel de apoyo hacia su hijo, animándole y amando sus habilidades artísticas.

El artista tenía el mismo nombre que su hermano mayor, que murió antes de que Dalí naciera. A la tierna edad de cinco años, sus padres le comunicaron su firme creencia de que era la reencarnación de su hermano. Eso le influyó tanto hasta que se convirtió en un elemento relevante para la formación de su persona, y de hecho quiso resaltar la diferencia entre ambos, haciendo gala de su singular personalidad.

Salvador Dalí demostró desde muy joven tener unas dotes sorprendentes en el campo del arte.
Su madre falleció en 1921 cuando él tenía 16 años, fue un momento muy duro para él porque estaban muy unidos. En 1922 decidió ponerse a estudiar ingresando en la Academia de San Fernando de Madrid. En esa época conoció al cinematógrafo Luis Buñuel y al poeta Federico García Lorca y con ellos mantuvo una profunda amistad que duró hasta el régimen de Franco.

Gracias a esta relación pudieron conectar de forma artística. Veían el mundo con los mismos ojos, por lo que se influyeron mutuamente en su arte y en sus personalidades. La colaboración con Luis Buñuel, a través de varios cortometrajes, influyó en Dalí hasta conseguir su característico bigote, que luego se convertirá en una firma inconfundible del artista con el paso del tiempo.
En esa época sus intereses se dirigieron hacia diferentes movimientos artísticos como la pintura metafísica y el cubismo.

Viajó mucho, y en sus viajes a París entre 1926 y 1929, Dalí conoció a importantes artistas de la época como el pintor Pablo Picasso, al que tenía en gran estima. En esos años se inspiró en el impresionismo, el futurismo y el cubismo. También conoció al pintor y escultor Joan Miró, al poeta Paul Éluard y al pintor René Magritte, que llevaron a Dalí al movimiento surrealista, que permitía expresar el inconsciente. Inspirado en el "automatismo psíquico" de André Breton, Dalí teorizó su técnica personal conocida con el nombre de "método paranoico-crítico". Este método da voz al inconsciente, lo que libera la creatividad y da espacio a la parte irracional de la persona, a su instinto y a sus sueños. De hecho, Dalí se inspiró fuertemente en las teorías del psicoanálisis de Sigmund Freud, y realizó imágenes que transpiran a partir de objetos reales presentados de forma ilógica por el artista, como en nuestros sueños. Sin embargo, la presencia de personajes oníricos en las obras de Dalí contrasta con la técnica clásica aplicada por los artistas propios de la época del Renacimiento.

En 1929 Dalí tuvo un importante encuentro con Elena Ivanovna Diakonova, más conocida como Gala, que puso fin a su matrimonio con el poeta Éluard para convertirse en esposa y musa de Dalí.

EL PERIODO SURREALISTA

Dalí se convirtió en uno de los principales miembros del movimiento surrealista. Su obra más importante es "La persistencia de la memoria" (1931), en la que el artista muestra relojes sin forma colocados en un espacio misterioso, probablemente la playa de Port Lligat. El reloj, una herramienta para la medición objetiva del tiempo, se rinde a la subjetividad de la memoria. Según Dalí, el tiempo no puede ser una constante fiable, ya que es flexible y cambiante. Dalí experimentó en todos los ámbitos de la creación artística: de la pintura a la escultura, de la creación de joyas al conocimiento de la industria publicitaria, el teatro y el cine. Su extravagancia dio mucho que hablar y en sus apariciones públicas creó muchas controversias. Los años 30 y 40 fueron la clave del éxito de Dalí. En 1936, obtuvo la portada de "Time" y se celebró una exposición de sus obras en el MOMA de Nueva York.

Con la Segunda Guerra Mundial, emigró a Estados Unidos y comenzó a pintar retratos de estadounidenses ricos para la Knoedler Gallery, pero sobre todo creó el famoso rostro de Mae West. Además, en Estados Unidos, tuvo importantes colaboraciones con Walt Disney y también con Alfred Hitchcock en la secuencia onírica de "Spellbound".

La explosión de la bomba atómica en Hiroshima influyó en la producción del artista. Así nació su "misticismo nuclear". Las obras de este periodo trataban temas religiosos, históricos y científicos, combinados con la técnica de los detalles minuciosos con componentes fantásticos e ilimitados. Entre los años 60 y 70, los encuentros con Beniamino Levi llevaron al artista a desarrollar un interés por el arte tridimensional que le llevaría a crear muchas de sus esculturas. La publicación de "Las Metamorfosis Eròticas", nos permite comprender su método crítico paranoico. También fue importante la creación del Museo Dalí en Figueres, que posteriormente se convirtió en el Teatro-Museo Dalí, inaugurado en 1974

El año 1980 marcó el final de su carrera debido a un trastorno motor que le provocó temblores permanentes, perdiendo así una de sus mayores capacidades de comunicación. En 1982 murió su querida Gala y sólo dos años después fue víctima de un grave incendio que le dejó con quemaduras que le obligaron a ir en silla de ruedas. Dalí murió de un fallo cardíaco a los 84 años el 23 de enero de 1989.

Consulte nuestras páginas de admiradores: